El paso del tiempo se deja notar en nuestro cuerpo, en especial en la piel (con la aparición de las arrugas), los huesos y las articulaciones, que se van debilitando y dando lugar a dolores más o menos frecuentes; hoy aprenderemos a combatirlo fortaleciendo estas importantes estructuras de nuestro cuerpo con ayuda de un sencillo pero poderoso jarabe casero.
La rodilla es la mayor articulación del cuerpo humano, y una de las más afectadas por el paso del tiempo debido a que soportan la mayor parte de nuestro peso. Si siempre hemos delgados y nunca hemos sufrido una lesión probablemente lleguemos a edades avanzadas con las articulaciones menos gastadas que una persona que sufre de sobrepeso y/o que haya realizado trabajos duros durante su vida.
Es importante que los dolores articulares empecemos a tratarlos cuanto antes, ya que si los vamos dejando pasar estos problemas pueden ir a más e incluso convertirse en crónicos, por ello, hoy vamos a aprender a elaborar un sencillo jarabe casero 100% natural que nos ayudará tanto a calmar el dolor como a fortalecer las articulaciones y los huesos. Es muy fácil de preparar y muy eficaz debido al alto valor nutricional de los ingredientes empleados, por lo que te recomendamos que lo pruebes, ¡no te decepcionará su resultado!.
Remedio para fortalecer las articulaciones y calmar el dolor
Para elaborar este remedio vamos a emplear ingredientes muy fáciles de encontrar en cualquier supermercado, económicos y con una gran cantidad de vitaminas y minerales que nos ayudarán a disfrutar de unos huesos y articulaciones más fuertes.Qué ingredientes necesitaremos
Uvas pasas, semillas (pipas) de calabaza, gelatina natural sin sabor, semillas de lino (linaza), semillas de sésamo, limón y miel natural de abejas.Cómo elaborar el jarabe
- Vierte en un recipiente tres cucharadas de uvas pasas, tres de semillas de calabaza, cuatro de semillas de sésamo, cinco de semillas de lino, cinco más de miel de abejas y el zumo de dos limones exprimidos. Bátelo hasta integrar bien todos los ingredientes.- Hidrata la gelatina (la cantidad dependerá de la textura que quieras conseguir, si lo quieres más líquido o más espeso) siguiendo las instrucciones del envase. Puedes hacerlo con agua o zumo de limón, como más te guste. Una vez esté hecha (tardará entre 5 y 10 minutos), bátela con la mezcla obtenida del punto 1 y guárdala en un recipiente de vidrio en el refrigerador.
Toma cada día una cucharada en ayunas, otra antes del almuerzo y una última por la tarde o noche.
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