Sólo quien sufre de migrañas sabe lo realmente doloroso que puede resultar, abarcando desde lo más profundo del ojo hasta el cuello. Un dolor de cabeza tan intenso que puede dejarnos totalmente noaqueados, sin fuerzas para realizar nada que no sea estar en la cama.
El origen principal de esta dolencia está en la excitación que se produce en ciertas células nerviosas del cerebro ante la exposición a determinados elementos o estímulos, que provocan una respuesta en forma de descargas similares a las ondas de un lago. Sabido esto, podemos tener en cuenta una serie de recomendaciones para prevenirlas:
El papel de la alimentación en las migrañas
Las personas que sufren de migrañas tienen un déficit de DAO en su organismo, que no es más que la enzima digestiva encargada de descomponer los alimentos que contienen histamina, provocando su acumulación y afectando directamente a las células nerviosas.Evita los alimentos lácteos, procesados, fermentados o adobados, las bebidas alcohólicas, los embutidos, el chocolate, el pescado ahumado, los derivados de la soja, los cítricos, bananas y aguacates, así como las judías, lentejas y garbanzos.
El factor fisiológico y emocional
Además de la alimentación y estímulos externos como las altas temperaturas, las luces muy brillandos o los sonidos elevados, existen factores tanto emocionales como fisiológicos que pueden provocar la aparición de migrañas.Entre estos factores encontramos el estrés, la ansiedad y la depresión, así como el insomnio, los cambios hormonales, los grandes esfuerzos físicos y la ingesta de determinados medicamentos, como los anticonceptivos orales.
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