Síntomas o señales tempranas que nos alertan de diabetes


La diabetes es una enfermedad bastante común y en crecimiento, debido a los malos hábitos alimenticios que se han implantado en gran parte de la sociedad moderna. Inicialmente presenta pocos síntomas, por lo que puede resultar difícil detectarla. Sin embargo, es importante empezar a tratarla cuanto antes, ya que sin control, puede dar origen a enfermedades cardiovasculares y neurológicas más importantes.

La diabetes tipo 2 es la más común, y por suerte, la más fácil de tratar, ya que cambiando ciertos hábitos de nuestra vida, como cuidar nuestra alimentación y realizar ejercicio físico frecuente, podemos mantenerla bajo control y llevar una vida totalmente sana y normal.

Esta enfermedad metabólica se caracteriza por la presencia de altos niveles de glucosa en sangre, debido a una insuficiente producción de insulina (diabetes tipo 1) o a la resistencia que nuestro cuerpo desarrolla a esta hormona (diabetes tipo 2), anulando así su funcionalidad. Como resultado de estas deficiencias, nuestro cuerpo puede alertarnos con las siguientes señales tempranas de diabetes:

Micción frecuente

Para eliminar el exceso de glucosa, nuestros riñones trabajan sin descanso, por lo que sentimos la necesidad de orinar con mucha frecuencia.

Aumento de la sed

Relacionada con la anterior. Al eliminar tanto líquido de nuestro cuerpo, sentimos la imperiosa necesidad de reponerlo cada poco tiempo.

Boca seca, gingivitis

La falta de hidratación afecta a todo el organismo, y la boca no es una excepción. La falta de humedad favorece el desarrollo de bacterias y problemas bucales, como el sangrado de encías y otros trastornos bucodentales.

Aumento del hambre


Sin insulina, las células no pueden utilizar la glucosa para obtener energía y seguir funcionando. Este hecho hace que a nuestro cerebro se envíen señales para que comamos más, aunque ésto no hará más que acumular más glucosa en la sangre.

Pérdida o aumento de peso

Al no poder obtener energía de la glucosa, nuestro cuerpo comienza a utilizar las proteínas de los músculos, lo que repercute en nuestro peso y por supuesto, salud. Por otro lado, el incrementar el consumo de alimentos ricos en azúcar puede llevarnos a aumentar ligeramente de peso.

Cansancio y fatiga

La falta de energía en nuestras células afecta al funcionamiento de todo nuestro organismo, siendo muy común la sensación de fatiga y cansancio extremo a cualquier hora del día. Ésto puede afectar también a nuestro ánimo e irritabilidad.

Dolores de cabeza frecuentes

Otra de las posibles consecuencias de tener altos niveles de glucosa en sangre son los dolores de cabeza recurrentes, incrementados a medida que la condición empeora.

Problemas de vista


Los altos niveles de glucosa en sangre pueden acabar afectando también a nuestra visión, al cambiar la forma de la lente. Visión borrosa, ocasionales destellos de luz y visión distorsionada son algunos de los síntomas que pueden venir aparejados a este hecho. En un primer momento, son reversibles. Si no lo tratamos a tiempo, estos daños pueden ser permanentes.

Mala cicatrización de heridas

La alta concentración de glucosa en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos, incapacitándolos para transportar la sangre allá donde se necesite, como los cortes y heridas.

Hormigueo en pies y manos

La diabetes puede afectar tanto a la circulación como al sistema nervioso, por lo que es frecuente que se nos duerman las extremidades. Si no cambiamos nuestros hábitos y tratamos correctamente la diabetes, los daños neurológicos pueden llegar a ser más graves y permanentes.


Es importante destacar que si presentas alguno de estos síntomas no tienes por qué alarmarte. La diabetes tipo 2 es fácil de sobrellevar, y como dijimos al principio del artículo, cambiando ciertos hábitos de nuestra vida podemos mantenerla a raya. No obstante, es recomendable visitar al médico para que nos haga un chequeo y verifique si tenemos o no diabetes, y en su caso, el tipo.

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