El asma es una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias, concretamente a los bronquios y bronquiolos, y cuya manifestación es la dificultad en la respiración y la sensación de ahogo, que debemos calmar inmediatamente para no llegar a males mayores.
Lo más importante durante un ataque asmático es no perder la calma y ponernos nerviosos, ya que esto dificultaría aún más nuestra respiración. Si no tenemos un broncodilatador a mano es imprescindible que a los primeros síntomas del ataque nos vayamos a un sitio abierto y tratemos de calmar nuestra respiración.
En el artículo de hoy vamos a aprender un sencillo remedio casero que nos va ahorrar la visita a urgencias, ya que actuaremos previniendo el ataque. Normalmente el cuerpo nos avisa con antelación de que nuestra respiración no va bien, con el típico "silbido" en el pecho. En el momento en que empecemos a sentir eso debemos aplicarnos la siguiente cataplasma:
Cataplasma de cebolla y miel para ataques asmáticos
Cortamos una cebolla en rodajas, la ponemos sobre un paño o gasa y le aplicamos un par de cucharadas soperas de miel. Nos colocamos la cataplasma en el pecho y nos cubrimos con una camiseta o manta.
La cebolla, entre otras muchas cosas, es conocida por ser una gran broncodilatadora, por lo que su uso es muy recomendable en todo tipos de casos de asma. Un remedio natural muy eficaz y sin efectos secundarios.
En artículos anteriores también aprendimos otras alternativas naturales contra el asma, como el amargo sueco o el jugo de zanahoria, así como distintos consejos para llevar una vida mejor. Una lectura muy recomendable para todos los asmáticos.
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