La limpieza de los cristales de la casa es una de las tareas domésticas que más pereza suele darnos realizar, ya sea por la dificultad que tienen ciertos ventanales -grandes y difíciles de manejar- o por los pésimos resultados que se logran en la mayoría de las ocasiones -poco brillo y la rapidez con la que se vuelven a ensuciar-.
Desde soluciones caseras queremos enseñaros algunos trucos para hacer lucir nuestros cristales como nunca, dotándolos de brillo y una transparencia total. Es mucho más fácil de lo que parece...
Para empezar, podemos pasar una brocha por todo el cristal, incluyendo las esquinas, para quitar todo el polvo pegado que pueda tener. Seguidamente los limpiamos empleando uno de los dos trucos que os proponemos:
- Agua, lavavajillas y vinagre: Vierte agua en un cubo y añádele la medida de un tapón (unos 15 ml) de vinagre, así como unas cuantas gotas de nuestro lavavajillas preferido.
Sumerge una esponja en la mezcla que hemos realizado y escúrrela ligeramente -para que no quede tan empapada-. Pásala por todo el cristal, de arriba a abajo, y elimina los restos de agua con ayuda de una regleta limpiacristales.
- Agua y amoniaco: Vierte agua en un cubo y añádele 20 o 25 ml de amoniaco. Con cuidado de no tocar demasiado el agua, para no dañarnos la piel -podemos emplear guantes-, empapamos un paño en la mezcla, escurrimos y lo pasamos por toda la cristalera.
Para acabar, coge papel de periódico y pásalo por el cristal para eliminar el exceso de agua. Al emplear este tipo de papel, evitamos las pelusas que sueltan los paños.
Ponlo en práctica y comprueba los resultados. Realmente te sorprenderán.
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Desde soluciones caseras queremos enseñaros algunos trucos para hacer lucir nuestros cristales como nunca, dotándolos de brillo y una transparencia total. Es mucho más fácil de lo que parece...
- Remedios caseros -
Para empezar, podemos pasar una brocha por todo el cristal, incluyendo las esquinas, para quitar todo el polvo pegado que pueda tener. Seguidamente los limpiamos empleando uno de los dos trucos que os proponemos:
- Agua, lavavajillas y vinagre: Vierte agua en un cubo y añádele la medida de un tapón (unos 15 ml) de vinagre, así como unas cuantas gotas de nuestro lavavajillas preferido.
Sumerge una esponja en la mezcla que hemos realizado y escúrrela ligeramente -para que no quede tan empapada-. Pásala por todo el cristal, de arriba a abajo, y elimina los restos de agua con ayuda de una regleta limpiacristales.
- Agua y amoniaco: Vierte agua en un cubo y añádele 20 o 25 ml de amoniaco. Con cuidado de no tocar demasiado el agua, para no dañarnos la piel -podemos emplear guantes-, empapamos un paño en la mezcla, escurrimos y lo pasamos por toda la cristalera.
Para acabar, coge papel de periódico y pásalo por el cristal para eliminar el exceso de agua. Al emplear este tipo de papel, evitamos las pelusas que sueltan los paños.
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